La investigación tenía como objetivo describir la población a la que se atiende en la consulta, conocer los efectos secundarios más prevalentes entre los pacientes y relacionar esquemas terapéuticos y efectos secundarios. Tras analizar los datos desde mayo de 2015 hasta 2016, resaltaron que los efectos secundarios más prevalentes coinciden con los descritos en fuentes bibliográficas científicas y con los detectados en su propia experiencia, que se deben elaborar protocolos específicos para cada esquema que ayuden a normalizar la información ofrecida por la enfermería y que se debe diseñar una entrevista adecuada para la mejor captación de signos.
“Las enfermeras oncológicas, tienen un papel muy especial en la prevención de complicaciones, detectando y controlando los efectos secundarios producidos por los tratamientos antineoplásicos además de incorporar a los cuidados, los aspectos psicosociales del enfermo y su familia, para conseguir una atención integral que responda a las necesidades”, resalta Mª Alicia Marante, una de las investigadoras.
Para ella, “es todo un orgullo y un reconocimiento a una labor hecha desde la ilusión, la honestidad, el compromiso con nuestra profesión, al servicio siempre de los pacientes”.