Martes, 23 Enero 2018 15:36

EPM lucha contra la pobreza extrema en los suburbios de la capital de Mauritania

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Mauritania es uno de los países del Sahel (zona de transición entre el desierto del Sahara y la sabana) más afectado por la crisis alimentaria y nutricional, arrojando índices muy elevados de mortalidad materna e infantil (510 mujeres fallecidas durante embarazo/ parto por cada 100.000 nacidos vivos y el 12% de niños muere con menos de 5 años), debido en gran parte a las carencias en nutrición, salud, agua y saneamiento. La tasa de desnutrición aguda global oscila entre el 6% y el 13%. Estos valores esconden disparidades zonales y regionales, así como incrementos entre grupos poblacionales vulnerables (bebés de 6-59 meses y mujeres embarazadas o lactantes) y étnico-sociales marginales. La penosa situación nutricional nacional se ha agravado por una desastrosa acumulación de circunstancias: La expulsión de pescadores artesanales senegaleses (enero de 2017) provocó desabastecimiento y subida de precios del pescado fresco (25-50%) y el aumento de registrada durante la estación lluviosa pasada (junio-septiembre 2017) impidió la siembra en zonas no irrigadas y se prevé un verdadero desastre en el estratégico sector de la ganadería (camellos, vacas, ovejas y cabras), que sufrirá un enorme revés por la ausencia de pastos y provocará, si no se toman medidas, la muerte de un elevado porcentaje de las cabezas de ganado (entre enero y mayo 2018) y la ruina de sus propietarios.

Históricamente las grandes ciudades mauritanas han estado excluidas de los programas internacionales de lucha contra la desnutrición hasta que se comprobó que los barrios periféricos de Nuakchot sufren tasas de desnutrición similares e incluso mayores a las de zonas rurales aisladas. Esto se debe tanto a la probreza extrema como a la condición de migrantes y refugiados de gran parte de su población. La gran sequía que estamos sufriendo este año, provocará otra gran migración nacional que convertirá aún más si cabe los barrios periféricos de Nuakchot en refugio de familiares y conocidos venidos de las zonas agrícolas y ganaderas del interior del país.
Un nuevo proyecto
Enfermeras Para el Mundo ha puesto en marcha un proyecto —financiado por el Parlamento de Andalucía— para fortalecer el derecho a la alimentación y reducir la malnutrición en niños y mujeres embarazadas y lactantes en situación de pobreza extrema en el barrio de El Miná de Nuackchot, Mauritania. La acción de EPM se ejerce en una de las zonas más aisladas del departamento periférico municipal de El Miná (concretamente en los barrios de Worf, Mendez, Dar-el-Beida y Samia). Esta zona se compone por un cinturón de chabolas y barracas sin apenas servicios sanitarios, donde malviven más de 30.000 personas paupérrimas, provenientes de las castas más bajas de la sociedad mauritana. Allí los hombres trabajan en la pesca artesanal (determinada por la estacionalidad de las especies), realizan trabajos de estiba en el puerto comercial internacional aledaño o trabajos jornaleros eventuales. En el caso de las mujeres, viudas o repudiadas con niños, sobreviven mayoritariamente gracias a la mendicidad.

El proyecto se dirige a reforzar el sistema sanitario de atención a las mujeres y niños de menos de cinco años que sufren malnutrición y a mejorar la resiliencia de una población extremadamente marginal y vulnerable, con el apoyo institucional y técnico del Ministerio de Salud a partir de la Dirección Regional de Asistencia Sanitaria de Nuakchot Sur y el logístico de la ONG local Santé Globale, centrándonos en la identificación y tratamiento de bebés y mujeres embarazadas o lactantes (amamantando a bebés de menos de seis meses), que presenten problemas de malnutrición aguda.

Las actividades del proyecto consisten en la realización de dos campañas de encuestas (2.600 encuestas) sobre el terreno para la identificación de personas malnutridas y aportar datos sobre la magnitud de la inseguridad alimentaria y la desnutrición en la zona. También se tratará la malnutrición aguda en dos Centros de Tratamiento de Malnutrición Moderada (CRENAM) habilitados gracias al proyecto y derivación de los casos más graves (CRENAS y CRENI más cercanos).

Para ello se formará al personal sanitario encargado de administrar los tratamientos a los pacientes afectados de malnutrición. Otro de los pilares básicos del proyecto será la sensibilización sobre buenos hábitos en nutrición e higiene a través de visitas a las familias de madres y niños desnutridos, campañas de sensibilización comunitaria a 800 mujeres en los dos CRENAM, y charlas y demostraciones culinarias enseñando a las madres a preparar complementos nutritivos con ingredientes locales y de bajo coste.

Francisco Ramón López Aragón

Contenido revisado en Marzo de 2024.
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