Según ha relatado la propia víctima, el agresor “exigía que le adelantasen la receta de unas pastillas cuyo período de suministro no había vencido todavía, ya que se las habían recetado hace a penas 15 días”. La enfermera ha tenido problemas en su trabajo desde el anterior episodio, “cada vez que una persona desconocida entra por la puerta, tiemblo”, ha explicado. “Yo prefiero estar trabajando, pero me va a resultar muy difícil el volver a la consulta”, relata. Reclama que “la Administración debería tomar alguna clase de medida más efectiva de la que existen ahora”.
Las reacciones a este nuevo episodio de agresión que no se encuentra aislado, sino que es un problema latente en la profesión, no se han hecho esperar. El presidente del Colegio de Enfermería de la Rioja ha apuntado que en este tipo de casos es necesario denunciar porque “es la forma de combatir la violencia y de luchar contra esta lacra social para poner ante los tribunales de Justicia a los violentos. Es la mejor actitud que podemos ofrecer a una sociedad que, afortunadamente, sigue reconociendo nuestra labor a la que, año tras año, nos da la mejor valoración”, del mismo modo se ha manifestado el Consejo General de Enfermería que ha denunciado los hechos y ha pedido que se actúe con firmeza. También se ha manifestado sobre este hecho la Consejería de Salud de La Rioja que han mostrado “su más enérgica repulsa” y han mostrado su compromiso “total y absoluto con los profesionales sanitarios de La Rioja para erradicar estos incidentes intolerables”. Del mismo modo se han manifestado sindicatos de enfermería como CSIF que se han puesto en contacto con la sanitaria para “poner a su disposición nuestro gabinete de CSIFAyuda, formado por varios expertos en este tipo de situaciones para brindarle toda clase de ayuda tanto psicológica como profesional”, explican.
Europa Press / Marina Vieira