“Es un orgullo que de esta manera se reconozca nuestra labor docente. Esta labor es muy importante también dado que es una manera de que nuestros conocimientos estén al día”, afirma Laura Álvarez, de la Unidad de Enfermería 2A, que resalta que lo más bonito de ser tutora es aprender de ellos, ver que todavía existen personas con vocación y poder implicarnos con ellos.
Por su parte, Ana Arias, de la 3A, considera que la figura del tutor es una forma de hacer ver a estos alumnos que es un trabajo con mucha responsabilidad, muy humano y muy duro en ocasiones, “pero que si se hace con amor (a tu trabajo y ayudar al enfermo), todo se ve desde otra perspectiva. Arias apunta que lo mejor de ser tutora es poder enseñar “todo lo que sientes siendo enfermera”.
Eva Mª García, de la unidad 3D, aplaude la iniciativa y afirma que para ella es una “inmensa satisfacción y orgullo que tus alumnos reconozcan tu implicación y motivación a la hora de trabajar con ellos”. La enfermera asevera que el tutor es esencial porque “orienta y guía al alumno en sus prácticas, ayudando a plasmar en el contesto real de la profesión la humanización de los cuidados y los conocimientos aprendidos en la universidad”.
Por último, Mª Montaña, unidad 3B, resalta la “indispensable figura de la enfermera como tutor, “ya que es la encargada de orientar, formar, evaluar y, sobre todo, potenciar la capacidad crítica del alumno en su contacto con el paciente”.
Ángel M. Gregoris