Los trabajadores del hospital aseguran que no dan abasto para atender a los pacientes, que pasan varios días sentados en un sillón esperando una cama antes de ser ingresados. El motivo son los recortes en el presupuesto de la Consejería de Sanidad, que acarrean el cierre de camas y la disminución de la plantilla. Además, los profesionales aseguran que el cierre de camas no está motivado por falta de pacientes, sino para evitar la contratación de personal durante el verano.
La repercusión sobre los pacientes se traduce en esperas en los pasillos y falta de intimidad al ser atendidos en una zona de tránsito. En cuanto a los profesionales, supone una sobrecarga de trabajo y atender a los pacientes en un espacio diseñado para dar servicio a muchas menos personas. Las enfermeras reclaman a la Consejería que tome medidas urgentes para solucionar el caos y desbloquear la situación.
Ana Muñoz