El trabajo se mueve sobre las falsas expectativas y evidencias que todos tenemos y que han dificultado el desarrollo afectivosexual de las personas con autismo durante décadas. “Se han de romper estas creencias y empezar a trabajar con evidencias, sobre todo basadas en las percepciones y sentimientos de las personas que experimentan la condición autista”, explica Torralbas.
Para realizar la investigación se llevará a cabo un primer estadio cualitativo en el que se han invitado a profesionales de la salud y de la educación, a padres de chicos/as con autismo y a los propios pacientes adultos jóvenes a participar en entrevistas y grupos focales. Posteriormente, una segunda parte cuantitativa en la que cuidadores, familiares y adolescentes entre 12 y 18 años participan con un cuestionario que evalúa la socialización, la amistad, la afectividad y la sexualidad desde una perspectiva del observador externo e interno, la familia y el adolescente.
“El papel de la enfermera en el desarrollo social, afectivo y sexual de los adolescentes con autismo es primordial”, resalta el enfermero, que destaca “la importancia de reconocer la diversidad y la complejidad y ofrecer las mejores herramientas disponibles a los adolescentes”.
Para ellos, este premio es un reconocimiento necesario para continuar a pesar de todos lo inconvenientes y barreras que encontramos para desarrollar investigación enfermera.
Ángel M. Gregoris