“Este estudio -publicado en en Stem Cells Translational Medicine- muestra que el tratamiento parece ser seguro y que es posible tratar pronto a los pacientes. La mejoras observadas son esperanzadoras, aunque todavía es demasiado pronto para trazar unas conclusiones definitivas sobre la efectividad de la terapia”, apunta Soma Banerjee, del Imperial College Healthcare NHS Trust. En este sentido, Banerjee destaca que todavía necesitan hacer más pruebas para calcular la mejor dosis y la duración del tratamiento antes de comenzar con ensayos más amplios.
La terapia utiliza un tipo de célula llamado CD34+, un conjunto de células madre de la médula espinal que produce células sanguíneas y células que recubren los vasos sanguíneos. Para llevar a cabo este primer examen se extrajo una muestra de médula a cinco pacientes que habían sufrido un ictus siete días antes. Posteriormente, se aisló la célula CD34+ y se infundió en una arteria que suministra sangre al cerebro. Cuatro de los cinco pacientes habían sufrido un ictus grave y, seis meses después, los cuatro seguían vivos y tres eran independientes.
Tratamiento temprano
“Este es el primer ensayo que aísla las células humanas de la médula ósea y las inyecta directamente en la región cerebral dañada utilizando técnicas mínimamente invasivas”, señala Paul Bentley, del Imperial College London.
Para los investigadores, poner en marcha un tratamiento temprano puede incrementar las posibilidades de una mejor recuperación porque en anteriores ensayos con células madre se había comenzado el tratamiento después de seis o más meses.
Redacción