La prueba funciona midiendo la capacidad del ojo para distinguir entre varios colores e incluso diferentes tonos del mismo color, ya que se cree que la gente que tiene problemas para reconocer tales diferencias podrían tener más riesgo de desarrollar esta dolencia, una de las principales causas de ceguera a nivel mundial.
Esta prueba trata de detectar la sensibilidad al contraste del color y, según ha explicado el profesor Frank Eperjesi, especialista en Optometría que dirigirá el estudio, permitiría alertar de pequeños cambios internos en las células del ojo.
En caso de dar positivo, los pacientes podrían comenzar el tratamiento antes de que se produzca un daño estructural en el ojo, lo que les permitiría conservar la visión durante más tiempo.
"Esta enfermedad es la causa más común de discapacidad visual en Reino Unido, así que es estupendo poder decir que estamos trabajando en una forma de ayudar a las personas a detectarla y evitar que sufran daños irreversibles", ha defendido.
Europa Press