Ante esta grave situación, que ya llevan meses denunciando muchos enfermeros que ejercen en Alemania, el presidente de la enfermería española, Máximo González Jurado, ha solicitado una reunión urgente con el embajador alemán en España y con la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, para analizar y aportar soluciones ante una discriminación tan flagrante en el seno de la Unión Europea. Por ello, denunciará además el caso ante la Comisión y el Parlamento europeos. Asimismo, se va a solicitar a la Federación Europea de Asociaciones de Enfermería (EFN en sus siglas en inglés) su intervención inmediata en calidad de máximo organismo de representación de la enfermería europea.
“Nuestros enfermeros, los mejor preparados de Europa gracias a la excelente formación que reciben en España, son los profesionales más demandados por los actuales países importadores de profesionales sanitarios. Sin embargo, hasta el momento el trato que se les profesaba en estos países era intachable, así por ejemplo, muchos enfermeros llevan años desarrollando su labor en Reino Unido, donde son reconocidos y gozan de unas aceptables condiciones de trabajo”, afirma González Jurado. En este sentido ha recordado que "en Europa contamos con una regulación a través de la Directiva 2005/36/CE relativa al reconocimiento de cualificaciones profesionales y que recientemente ha sido modificada, que obliga a todos los Estados miembro a reconocer la cualificación de enfermero con las competencias específicas que en ella se describen. Por lo tanto no es de recibo que una persona sea contratada como enfermero para ejercer unas competencias diferentes a las establecidas por Directiva".
González Jurado ha destacado la situación paradójica que vive España que se está convirtiendo en uno de los principales países exportadores de enfermeros pero arrastra un déficit de profesionales importantísimo. Así, ha recordado que “España necesita muchos enfermeros, más de 100.000, para alcanzar las ratios europeas de número de enfermeros en relación a la población. Sin embargo, actualmente para algunos compañeros la emigración es la única salida y en muchos casos también puede ser una experiencia muy positiva y de desarrollo profesional. Sin embargo, el Consejo General de Enfermería no va a consentir de ninguna manera que en países de nuestro entorno se ofrezcan trabajos en condiciones dudosas e injustas. El enfermero que trabaje en Alemania debe realizar tareas propias de la profesión enfermera, acordes a su preparación y competencia, y desde luego recibir la misma remuneración que los compañeros alemanes. Y por supuesto, no es de recibo la existencia de condiciones que encadenan al enfermero a una empresa por un amplio periodo de tiempo bajo la amenaza de una multa de más de 6.000 euros si éste, en busca de un trabajo mejor remunerado, decide aceptar un empleo en otro centro”.
Movilidad forzosa
Desde hace unos meses, el Consejo General de Enfermería, que muestra todo su apoyo a los compañeros que se manifestaron en Berlín ayer, ha recogido quejas de profesionales y contratos que ofrecen algunas empresas de colocación que, por ejemplo, incluyen cláusulas que obligan a cambiar de centro de trabajo, incluso en otra ciudad o facultan a la empresa contratante a asignar al profesional tareas de toda índole, incluso no sanitarias. Así, desde hace más de un año existe un servicio de asesoría jurídica internacional que atiende a los profesionales que se ponen en contacto con la entidad y les orienta para poder hacer valer todos sus derechos jurídicos.
Redacción