El alto porcentaje de posibilidades de sufrir una punción al practicar cuidados a los pacientes puede llegar a generar al personal sanitario una situación de estrés. Cabe destacar que un pinchazo accidental ocurrido con un fluido como la sangre, infectado por un virus, puede causar la baja, e incluso la incapacidad temporal del enfermero hasta que se determine si efectivamente se ha producido o no el contagio. Para evitar este tipo de situaciones, los laboratorios están en constante búsqueda de nuevos mecanismos de bioseguridad que permitan trabajar a los enfermeros con total tranquilidad.
Una de las últimas en darse a conocer nace de la farmacéutica CSL Behring, que ha presentado una jeringuilla precargada de la solución inyectable Rhophylac 300 microgramos / 2 ml, acabada en un tapón transparente que se desenrosca, a diferencia de los tapones que se tienen que romper. La nueva jeringuilla viene además acompañada de una nueva aguja de seguridad para la administración del producto que reduce el riesgo de sufrir pinchazos accidentales gracias a un mecanismo que hay que activar inmediatamente después de la inyección, empujando el caparazón hacia delante hasta que la punta esté completamente cubierta. De esta manera, la aguja queda protegida por este sistema, que se ha denominado SafeyGlide Needle.
Según datos del estudio EPINETAC los lugares donde más frecuentemente se producen los pinchazos accidentales son principalmente la habitación del paciente (34,7%), quirófanos y salas de partos (22,9%) y Urgencias (11%). El mismo estudio estima que la aplicación con carácter general de las medidas preventivas en materia de bioseguridad supondría un ahorro para el sistema sanitario en torno al 73% frente a los costes derivados de los pinchazos sufridos de forma accidental por el personal sanitario.
Redacción