Las enfermeras tienen un papel protagonista en la alimentación y nutrición de pacientes con patologías complejas, donde se precisan cuidados expertos por su parte dirigidos a mantener una nutrición adecuada y adaptada a las necesidades reales de las diferentes patologías y estados de gravedad de cada paciente. Por ello, desde el Consejo General de Enfermería -a través de su Instituto de Investigación, con el patrocinio de Laboratorios Ordesa y la colaboración de la Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética (AdENyD)- edita y distribuye de forma gratuita entre las 330.000 enfermeras y enfermeros una guía de recomendaciones prácticas, elaborada por profesionales expertos.
“Una alimentación adecuada es fundamental para la prevención de factores de riesgo relacionados con la dieta. En el ámbito hospitalario y de Atención Primaria, donde se produce el mayor desarrollo de la nutrición clínica, es esencial disponer de una alimentación adecuada y adaptada a las necesidades de cada paciente. Y, esta guía de recomendaciones prácticas aportará un gran valor en la práctica asistencial, y ayudará a priorizar y avanzar en este ámbito donde la enfermera tiene un papel relevante”, comenta Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.
Educación nutricional
“Existen muchos estudios que demuestran la eficacia de la intervención nutricional en el abordaje de diferentes patologías y como puede contribuir a mejorar el estado de salud de muchos pacientes. En Laboratorios Ordesa, desde nuestros inicios estamos comprometidos con la innovación en nutrición y en el cuidado de la salud. Esta guía es una iniciativa que, sin lugar a dudas, ayudará a prevenir las situaciones de desnutrición y contribuirá a una mejor integración del cuidado nutricional en la práctica clínica” destaca Anna Ferret, directora general de Laboratorios Ordesa.
Dentro del proceso, comenzando por la valoración enfermera, la alimentación es un patrón fundamental a tener en cuenta, donde la enfermera es esencial para el cuidado y seguimiento de los pacientes con necesidades específicas a nivel nutricional. Además, la educación nutricional es prioritaria para que el paciente adquiera los hábitos necesarios y consiga una adecuada adherencia al tratamiento nutricional.
“El pensamiento enfermero considera la alimentación un cuidado básico y un requisito universal, necesario para mantener la salud y la calidad de vida. De ahí que las enfermeras sean responsables de los cuidados nutricionales en todas las etapas del proceso de atención a las personas”, explica Carmen Martín, presidenta de AdENyD. “En esta guía pretendemos promover conductas que fomenten la salud a través de la nutrición, así como el desarrollo de planes de mejora que conduzcan a la excelencia en el cuidado nutricional, como componentes fundamentales de una atención de enfermería de calidad”, añade.
Así, desde la consulta de enfermería, primer nivel de aplicación de cuidados en general, y de cuidados nutricionales en particular, se puede ofrecer recomendaciones enfermeras eficaces y basadas en la evidencia, dirigido a mejorar los hábitos alimentarios y de actividad física de la población, así como aplicar el cribado nutricional para la detección de personas desnutridas o en riesgo. La aplicación de herramientas de cribado adquiere especial relevancia al ingreso del paciente en el hospital.
“Las enfermeras, líderes en cuidados, deben estar preparadas para diseñar planes de cuidado nutricional orientados a entrenar/educar, a fomentar el autocuidado y, sobre todo, con capacidad de acercamiento a los problemas nutricionales del paciente/familia, con lo que mejora la satisfacción de los ciudadanos y la percepción de su estado de salud”, argumenta la presidenta de AdENyD.
En la guía, los autores recuerdan, además, la importancia de contar con el paciente en la toma de decisiones en cuanto a su tratamiento dietético, para poder potenciar su autonomía y su implicación en la enfermedad y facilitando también la información a las familias y/o cuidadores si fuera necesario.
Alicia Almendros