Para calmar esta ansiedad, conocer más detalles acerca de cada caso y resolver todos los interrogantes, las enfermeras de hospitlización, reanimación y consultas, junto a fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y médicos del Hospital Infanta Leonor de Madrid organizan mensualmente una “escuela de pacientes”, donde reciben información de todas las fases que irán experimentando desde su ingreso en hospitalización hasta que reciben el alta de rehabilitación. “Con estas sesiones intentamos darles tranquilidad y transmitirles apoyo, que sepan que van a estar cuidados y van a tener lo que necesiten. Hay que decirles que están en muy buenas manos”, explica Ana Belén Muñoz, enfermera de la unidad de Hospitalización de Traumatología del centro y una de las profesionales que imparten estas clases.
Todos aquellos pacientes que van a ser operados el mes siguiente acuden a las sesiones junto a sus familiares o cuidadores, que suelen ser también una pieza clave para que la recuperación vaya lo mejor posible. “Nosotros insistimos mucho en la vuelta a casa, en cómo lo van a afrontar y cómo se van a poder mover. Por eso, es fundamental que venga un acompañante con ellos porque estos pacientes van a necesitar ayuda durante algún tiempo”, apunta Ana Isabel del Cerro, supervisora de enfermería del hospital. Asimismo, considera importantísimo enseñar a estos cuidadores también cómo deben ser los cuidados, cómo les pueden ayudar a levantarse, a ir al baño, a hacer las actividades de la vida diaria…”
Programadas
Los pacientes que normalmente acuden a estas sesiones son personas mayores de 60 años que tienen programadas una artroplastias de rodilla o de cadera, así como jóvenes que necesitan tratarse un choque femoroacetabular. Además de para resolver todo tipo de dudas, otro de los aspectos positivos de las reuniones es que, al ser cirugías programadas, el hospital puede detectar posibles problemas sociales que puedan presentar estos pacientes antes de ser operados y no una vez que están ingresados.
“Ellos se sienten más cómodos al conocer lo que se les va a acontecer y lo que se espera de ellos. El ser humano maneja mucho mejor la certidumbre que la incertidumbre”, destaca Ricardo Larrainzar Garijo, jefe de cirugía ortopédica y traumatología.
Durante más de una hora, pacientes y profesionales sanitarios conversan sobre todo tipo de asuntos relacionados con la operación. Desde dónde hay que entregar los papeles ese día, hasta la ropa que tienen que llevar durante su ingreso. “Aquí preguntan muchísimas cosas, pero las dudas les surgen cuando se tienen que enfrentar a ello, así que les preparamos antes y durante toda su estancia en el hospital”, subraya Muñoz.
Alivio
Aunque los miedos en la mayor parte de los casos siguen existiendo, tras pasar por estas sesiones, los pacientes se sienten mucho más aliviados y listos para entrar al quirófano. “A mí ya me habían operado anteriormente de una rodilla y esta iniciativa me parece muy bien. La gente se enfrenta a la operación sabiendo lo que les pasa y lo que van a tener que hacer”, cuenta una de las pacientes al salir de la reunión.
Para las enfermeras, “es maravilloso saber que los pacientes van a venir al control de enfermería con todo preparado y estas clases nos sirven para acercarnos más a ellos antes de la cirugía y conocer detalles concretos de cada caso”.
La iniciativa, que surgió en marzo del año pasado, se puso en marcha porque los profesionales sanitarios del centro detectaron la necesidad de hacer una sesión informátivaa para que los pacientes cuando ingresasen llegasen con menos miedos y menos ansiedad. Además, “es una manera de disminuir la estancia hospitalaria, ya que desde el principio saben cuándo ingresan y cuánto tiempo es probable que permanezcan aquí”, afirma Del Cerro.
Ángel M. Gregoris