Ante el atroz y vil crimen, acontecido en la localidad de Catia, al oeste de la capital, Caracas, la enfermería española ha mostrado su consternación y dolor. El Consejo General de Enfermería de España condena este asesinato de una compañera y ha dirigido un escrito a las más altas instancias de la profesión a nivel mundial para que se posicionen y denuncien ante la comunidad internacional la muerte a balazos de una enfermera sólo armada con una papeleta y una urna. Sendas cartas, dirigidas a la directora general y la presidenta del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) –organismo adscrito a la Organización Mundial de la Salud-, han sido enviadas a la sede central de Ginebra para que esta institución recoja el guante de la denuncia de la enfermería venezolana y española y lo transmita a los enfermeros y enfermeras de todo el mundo, así como a los Gobiernos y todas las organizaciones sanitarias mundiales.
La comunidad internacional
“Es necesario que toda la enfermería mundial se movilice contra el cruel y terrible asesinato de una compañera querida que sólo pedía vivir en libertad, una persona desarmada tiroteada por grupúsculos criminales en plena calle. Estamos dolidos y queremos expresar toda la solidaridad de la enfermería española con nuestros hermanos de Venezuela, que a pesar de las complicadas circunstancias no han dejado de cumplir con su labor de servicio a los pacientes y particularmente con toda la familia de Xiomara que ha perdido a un ser querido de la manera más terrible e inesperada”, asegura Máximo González Jurado, presidente del Consejo General de Enfermería de España. Redacción