Sobre la base del informe de la Organización Mundial de la Salud sobre “Situación de la Enfermería en el Mundo” quieren establecer una serie de directrices comunes para que los gobiernos de todo el mundo contribuyan al desarrollo y fortalecimiento de la profesión. Como explicaba Carey McCarthy, enfermera y miembro Departamento de Políticas de Sistemas de Salud y Fuerza Laboral de la OMS y encargada de presentar el documento, “la intención es que esas prioridades que se establezcan sean la justificación para que cada asociación pueda dar pasos en sus países y en sus contextos para seguir progresando. Necesariamente han de ser lo suficientemente amplias como para adaptarse a cada país, para que puedan tener relevancia en cada uno de ellos”.
Y es que como analizaba Annette Kennedy, presidenta del CIE, “hemos visto el impacto del COVID-19 en los sistemas sanitarios de todo el mundo y cómo ha afectado a nuestros compañeros. Los gobiernos han invertido miles de millones en salud, inversiones que llegan tarde, pero que si se hubiesen hecho antes se hubiesen salvado miles de vidas Ahora es necesario que los gobiernos den respuesta, porque no estoy convencida de que hayan aprendido de este sunami que nos ha arrastrado. El COVID terminará, pero llegará el sunami de la falta de enfermeras y creo que los gobiernos no son conscientes de ello. Las enfermeras, las asociaciones de enfermería, tenemos que estar alertas para que sean conscientes del problema que se avecina, pues actualmente faltan 6 millones de enfermeras en todo el mundo y cuatro millones se van a jubilar en los próximos años”.
A su juicio, esta escasez de enfermeras de la que el CIE lleva años alertando, “va a desbaratar a todos los sistemas sanitarios. Entre todos tenemos que esforzarnos para dar unas buenas orientaciones estratégicas, para que los gobiernos rindan cuentas y para que tengan un sistema de seguimiento sólido de las propuestas”. Para la presidenta del CIE “no se puede dejar todo en manos de los gobiernos. Tenemos que asegurarnos de que protegen a las enfermeras, que son las que más han trabajado y sufrido”, durante la pandemia. “Sabemos lo que está pasando en el terreno y los gobiernos tienen que escucharnos”, ha subrayado.
Cuatro ejes
Por todos estos motivos, el documento presentado se articula en torno a cuatro ejes fundamentales: formación, empleo, práctica y liderazgo. En cada uno de ellos se establecen cuatro prioridades políticas para avanzar en la dirección estratégica establecida, con un marco de seguimiento y también con medidas habilitantes para prestar apoyo a la OMS para que se pongan en marcha en forma de políticas concretas.
Como explicaba Carey McCarthy, “queremos tener unas orientaciones comunes, pero sabemos que enfermeras y matronas difieren, así que queremos hacerlo de forma independiente, en dos grupos, para dar cabida a sus particularidades”, ha destacado.
Entre las alegaciones que han presentado las distintas asociaciones que han asistido a la presentación, se encuentra un mayor fortalecimiento del liderazgo enfermero y exigir de una forma más explícita la creación de la figura de la enfermera jefe en todos los países. Así lo han expresado la federación nórdica de enfermeras, la Asociación Enfermeras de Taiwan, Nursing Now en Uganda o la asociación de enfermeras turcas. Así, Catherine Odeke, de Uganda señalaba que “debe haber una toma de decisiones conjunta en los equipos multidisciplinares, pero pocas enfermeras líderes tienen esta opción. Además de asistir, deberían poder participar”.
Con respecto a la formación previa al ejercicio profesional, el presidente del Consejo Indio de Enfermeras abogaba por un sistema educación de salud fuerte. “necesitamos inversión en habilidades, si no tenemos un sistema de monitorización no vamos a poder centrarnos en lo importante, con inversión específica para cada apartado”.
Para la Asociación de Enfermeras de Tailandi, resulta vital “centrarnos en la importancia de aumentar las capacidades del personal de enfermería, en una dotación de personal segura y en retener a las enfermeras en las zonas donde son más necesarias”.
Aportación española
La enfermería española también ha participado en el webinar, con sus aportaciones. Así, Ana M.ª Hernandez González, como representante de Nursing Now Valladolid comentaba que el liderazgo, aunque muy importante “tiene que ir dirigido a la consecución de acciones concretas y reales, como crear espacios para que puedan compartir información científica relevante, desarrollar trabajos conjuntos en investigación de los cuidados de la personas para que revierta en los cuidados que prestamos, siempre desde una visión científica y un trabajo multidiciplinar, con recursos innovadores, en pro de la calidad de la atención a la sociedad”, señalaba.
Por su parte José Luis Cobos, vicesecretario general del Consejo General de Enfermería, añadía que lo primero que se debe hacer es definir qué es una enfermera. “Tenemos un gran problema a nivel internacional porque el concepto de profesión es diferente según los países y eso puede dar lugar a la incursión de otros colectivos, que suplan a la enfermería. Debemos unificar criterios. Europa tiene una directiva que marca un estándar y debemos seguir ese ejemplo”.
Para la enfermería española lo siguiente sería hablar de cuántos somos, “pero no sólo de números -añadía Cobos- sino para qué, de qué práctica profesional debemos desarrollar, para qué queremos a las enfermeras”, por eso considera que “hay que hablar de empleo y de políticas de empleo como algo transversal al resto de políticas”. Por ello, recordaba la ley de ratios que está debatiendo el Congreso español, algo que -a su juicio- el resto de países deben imitar: “deben crear leyes para establecer las ratios mínimas necesarias, para establecer qué es una enfermera y cómo se regula la profesión”.
Pero también se debe hablar de estabilidad laboral, de seguridad a la hora de trabajar, y citaba el manejo de los medicamentos peligrosos o la prevención de agresiones, y todo ello debe hacerse unidos: “debemos unir a todas las instituciones, a todos los ámbitos de la profesión, para tener una única voz, para acudir a los políticos, a los gobiernos, con una única voz. Avanzar juntos para hacer visible a la enfermería”, concluía Cobos.
Aportaciones todas ellas, que ahora la OMS y el CIE van a incluir en el documento final que se presente a la Asamblea de la OMS.