El 30% de los cánceres infantiles son leucemias, el más común de los que padecen los menores y del que todavía poco se sabe sobre sus causas. Lo que sí parece demostrado es que la lactancia materna durante 6 meses o más se asocia con un 19% menos de riesgo de padecer leucemia según un estudio de revisión de 18 investigaciones realizado por dos profesores de la Universidad de Haifa (Israel). De hecho, en un análisis de 15 de estos estudios en los que se comparaba a los bebés que habían sido alimentados con leche materna y los que nunca la habían probado, el riesgo de padecer esta enfermedad era un 11% superior en caso de haber recibido sólo lactancia artificial.
Los autores sugieren que diversos mecanismos biológicos de la leche materna pueden explicar estos resultados, incluyendo el hecho de que la leche materna contiene múltiples componentes inmunológicos activos y mecanismos antiinflamatorios de defensa que influyen en el desarrollo del sistema inmunitario de los niños.
Tal y como establecen en las conclusiones de su estudio de revisión “aunque son necesarios estudios más cualificados para entender con claridad los mecanismos biológicos que subyacen en esta asociación entre lactancia materna y un menor riesgo de leucemia infantil”, lo que sí tienen claro los autores del estudio es que “los profesionales sanitarios deberían difundir los potenciales beneficios de la lactancia materia y dar herramientas a las madres, a los propios profesionales y a todos aquellos que puedan ayudarlas”. Además, sostienen, estos “potenciales beneficios en la prevención de la salud de la lactancia materna también deberían ser comunicados abiertamente al público en general, no sólo a las madres, para que la lactancia materna sea más aceptada y facilitada socialmente”, concluyen.
En este sentido, Gloria Boal, vocal matrona de la Comisión Nacional de Especialidades del Ministerio de Sanidad en representación del Consejo General de Enfermería, aboga por potenciar la lactancia materna, “ya que hay numerosos estudios que demuestran los múltiples beneficios”. “Hay que valorar a cada mujer y las matronas tenemos que ayudar desde el principio de la gestación a las madres para que sepan de estos beneficios”, explica Boal.
Derecho de madre e hijo
En nuestro país, el grupo español de la Iniciativa Global sobre Lactancia Materna defiende que es necesario garantizar “el derecho del bebé a recibir la mejor alimentación y el de la madre a elegir el mejor alimento”, como pusieron de manifiesto en su estudio sobre los Hábitos de Lactancia Materna en nuestro país. En esta encuesta, realizada en 2013, demostraron que las mujeres en España, en su inmensa mayoría, desean dar el pecho, pero se ven obligadas a dejarlo antes de lo que habían previsto, principalmente por su dificultad para mantener la lactancia materna, especialmente tras su vuelta al trabajo.
Tal y como comenta Ana Pedraza, vocal de enfermería pediátrica del Consejo General de Enfermería, “en nuestro país nos encontramos con políticas laborales que favorecen más bien poco la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses que recomienda la OMS, ya que las madres tienen una reincorporación prematura a sus puestos de trabajo —no olvidemos que la baja maternal es de sólo 16 semanas— y las empresas no disponen ni facilitan instalaciones para dar apoyo a esta lactancia”. Es por ello que, a su juicio, “se debería mejorar sustancialmente la legislación vigente y adoptar mejoras en cuanto a los permisos por maternidad retribuidos y el derecho a las pausas de lactancia, una vez la madre ha vuelto al trabajo”.
Por su parte, para M.ª José Espinaco, vocal matrona del Consejo General de Enfermería, “en principio, aunque estemos en la dirección correcta, hace falta un mayor esfuerzo para conseguir que las tasas de inicio y mantenimiento de lactancia materna en nuestro país sean más adecuadas. Existen factores que bloquean especialmente el mantenimiento de la lactancia natural: inicialmente comienza un número aceptable de mujeres, pero gradualmente se observa un abandono precoz de la misma”.
Para Espinaco, la solución pasa “posiblemente, por la unificación de criterios y esfuerzo, sobre todo al producirse en un periodo determinado. Así, la continuidad de cuidados se convierte en una herramienta fundamental de la promoción, protección y apoyo de este tipo de lactancia, más allá del embarazo, parto y puerperio”, finaliza.
Gema Romero