Los últimos hallazgos, publicados en el prestigioso The New England Journal of Medicine y coordinados por la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC), la agencia especializada en cáncer de la Organización Mundial de la Salud, contribuirán a una actualización del Manual de IARC sobre el cribado del cáncer de mama, publicado en 2002.
“Con estos resultados esperamos concienciar a las mujeres de todo el mundo que el cribado de mama con mamografía salva vidas. La evidencia demuestra que es una herramienta vital para que aumente el diagnóstico precoz del cáncer de mama, y por tanto reduce el número de muertes”, argumenta Duffy. “A pesar de la evidencia de la eficacia de la mamografía, necesitamos llevar a cabo más estudios sobre métodos alternativos como por ejemplo la prometedora tomosíntesis digital de mama: imágenes en 3D que podrían mejorar la precisión para hacer frente al tejido mamario más denso”, prosigue.
Mejorar el pronóstico
El propósito de las revisiones es diagnosticar a las mujeres con cáncer de mama temprano, mejorar así el pronóstico y reducir el número de casos en etapa avanzada y muertes. Sin embargo, a lo largo de los años han surgido preocupaciones sobre el impacto negativo de la mamografía. Con esta nueva investigación, basada en la evidencia, sugiere que los beneficios de este cribado son mayores que los riesgos.
“Es vital que continuemos investigando los métodos más eficaces de detección de mujeres con alto riesgo de padecer esta patología debido a antecedentes familiares o al estatus genético. Necesitamos más pruebas con las que afinar y ofrecer a las mujeres de alto riesgo diferentes métodos de detección: desde una edad más temprana y, posiblemente, en intervalos más cortos”, afima Duffy.
A. Almendros