Así, el ex secretario general de Sanidad, Rubén Moreno, ha reconocido en una entrevista concedida a Gaceta Médica que “lo cierto es que diga lo que diga el decreto, si no hay un acuerdo entre médicos y enfermeros, jamás se podría aplicar”.
Moreno reconoce abiertamente su absoluta predilección por los galenos al describir el funcionamiento que finalmente impusieron “con nocturnidad y alevosía” en el texto aprobado: “con este decreto, los médicos hacen un diagnóstico, indican un tratamiento y dicen qué protocolo tiene que seguir el enfermero, y dentro de ese protocolo el enfermero hace la indicación. Es aquí donde enfermería probablemente quiere mayor libertad”, afirma el exsecretario.
Unas declaraciones que suponen todo un insulto a la inteligencia, ya que Moreno obvia que el procedimiento finalmente establecido en el decreto es contrario a la Ley del Medicamento, al dictamen del Consejo de Estado y a la voluntad de todas las CC.AA que aprobaron por unanimidad el texto original en el Consejo Interterritorial del SNS. Rubén Moreno además se olvida de aclarar que hasta 24 horas antes de su aprobación en el Consejo de Ministros, él mismo defendía el texto del decreto de prescripción enfermera que no salió finalmente a la luz.
De todos modos, aunque Moreno apunta a que el decreto “debe salir porque está aprobado por el Consejo de Ministros”, reconoce abiertamente que se trata de una norma inaplicable. Eso sí, se atreve a alabar cínicamente el gesto de su partido, ya que “es un RD que ningún gobierno anterior ha sacado y ha pasado mucho tiempo desde que se gestó”. Palabras que suponen una infamia teniendo en cuenta la aprobación del Real Decreto es la mayor traición sufrida por la profesión enfermera en toda su historia.
Las palabras de Rubén Moreno son un nuevo golpe contra el RD aprobado por el Ejecutivo, que cada vez tiene más actores en su contra.
Redacción