“Tenemos grandes retos como son la jornada laboral o la igualdad salarial. Aunque en Noruega podemos presumir del sistema sanitario, también tenemos deficiencias. Necesitamos que los legisladores entiendan y queremos influir en aquellos que toman las decisiones porque si no hay enfermeras, no hay salud”, ha afirmado Karen L. Kautzman, vicepresidenta de la Organización de Enfermeras de Noruega y miembro electo de la junta directiva del CIE.
Para ella, “es importante conseguir nuevos afiliados desde fases tempranas de su vida laboral y hay que hacer entender que lo que es bueno para la enfermera es bueno para el paciente”.
En esta misma línea, Rafael Reig, secretario general de Accion Sindical de Satse, ha comenzado reconociendo que no quería ser pesimista en un congreso como este, pero ha expuesto una por una muchas de las deficiencias a las que se enfrentan actualmente las enfermeras en España.
“Seguimos teniendo socialmente una imagen vocacional y eso es positivo y negativo a la vez porque a la hora de conseguir mejoras se entiende que al ser una profesión vocacional aceptamos cualquier cosa. Todo esto influye en que nos sea difícil lograr nuestras reivindicaciones”, ha reseñado.
Reig, que ha dejado patente que a pesar de todos los problemas los enfermeros en España son los profesionales más valorados, ha criticado que la enfermería no participe en la definición de políticas sanitarias. “Los enfermeros que están en cargos políticos son casi testimoniales”, ha afirmado.
El secretario de Acción Sindical de Satse ha pedido a las enfermeras para concluir que haya más conciencia profesional y más corporativismo para ser una profesión más fuerte y más respetada.
José Jerez, presidente de la Federación Panamericana de Profesionales de Enfermería (Feppen), ha enumerado durante su intervención las debilidades actuales de la enfermería en Latinoamérica. En primer lugar, ha criticado que las enfermeras no tengan representatividad a nivel sanitario, municipal, provincial y nacional. “La enfermería está cautiva en grandes sindicatos ajenos a la disciplina y hay excelentes colegas que trabajan para organizaciones médicas o sindicatos no disciplinares”, ha resaltado Jérez, que ha aseverado que “si el 80% del trabajo del hospital lo hacen los enfermeros, entonces somos los dueños del hospital”.
Ángel M. Gregoris