Bajo el título Puntos clave en la atención del paciente ostomizado, Coloplast ha resaltado la importancia de que las enfermeras tengan los conocimientos específicos y las herramientas necesarias para mejorar la calidad de vida de los pacientes. “Si la enfermera que trata al paciente ostomizado no es experta en este ámbito calidad de vida se verá mermada”, ha puntualizado Casado.
Personalización
Cada paciente es un mundo y por tanto su tratamiento es personalizado. “Hay que adaptar cada dispositivo a cada paciente para conseguir así cubrir las necesidades que tenga”, ha argumentado Lucía Silvestre, Educational Manager de Coloplast.
Dudas y miedos es lo primero que sienten los pacientes ostomizados. “Nos preguntan mucho por los olores, si se les va a caer el dispositivo, qué pasara con su vida, si pueden seguir haciendo las actividades que realizaban como por ejemplo practicar deporte… Por ello, es clave que tengan el apoyo enfermeros durante todo el proceso para que pueda resolver sus dudas”, ha añadido Silvestre.
El año 1950 marcó un antes y un después en el mundo de las ostomías gracias a la llegada de las bolsas de plástico. “Se transformaron todos los dispositivos y pasamos de unos dispositivos colectores de cristal con un cinturón en el que el afluente tenía muchas fugas a otros que se adherían perfectamente a la piel”, ha recordado Silvestre.
Alicia Almendros