“La historia de estas mujeres heroínas pone de manifiesto que las mujeres tienen un papel imprescindible en la historia y que la enfermería ha contribuido desde hace siglos y de forma indispensable a la mejora continua del sistema sanitario y al reconocimiento de la salud de las personas como un derecho fundamental”, expone Pilar Fernández, vicepresidenta del Consejo General de Enfermería, doctora por la Universidad Complutense de Madrid y especialista en Enfermería del Trabajo.
#Enfermeras8M
Durante todo el 8 de marzo, el Consejo General de Enfermería, cambiará su logo de azul a morado para mostrar su compromiso con las mujeres y su lucha por los derechos. Del mismo modo, se han querido poner de manifiesto los principales problemas a los que las profesionales se exponen diariamente en su ejercicio profesional y ha lanzado una campaña en redes sociales para decir “basta” a esas prácticas demasiado frecuentes.
A lo largo de la jornada, se lanzarán mensajes para pedir que se acaben los estereotipos machistas sobre las enfermeras, para acabar con sus problemas de conciliación que les impiden compaginar bien su trabajo y su familia o reclamar el fin de los casos de acoso o agresiones por parte de compañeros de pacientes y otros sanitarios. A través del hashtag #Enfermeras8M se irán exponiendo estas situaciones y se dará la oportunidad a otros enfermeros a unirse.
Machismo
Hay que educar a la sociedad en general y a los pacientes en particular desde pequeños porque todavía hoy las enfermeras se enfrentan a comentarios machistas o referencias a su persona como “nena”, “niña”, “guapa” o “señorita”. Habría que recordarles que el trabajo de la enfermería consiste en cuidar y curar al paciente, no en escuchar “impertinencias” de pacientes maleducados que las considera “sus sirvientas”. “Nuestra profesión requiere una alta cualificación, una formación académica de cuatro años y dos de especialidad contando en estos momentos con un gran número de profesionales enfermeros con grados de máster y doctorado; una carrera universitaria que requiere una exigente nota de corte para acceder a ella; y unos profesionales que gozan de un gran prestigio en el ámbito internacional”, añade Pilar Fernández.
Enfermeras sexualizadas
Existen muchos estereotipos en la sociedad que desembocan en campañas en las que la imagen de la enfermería es degradada. Un claro ejemplo reciente de ello es la retransmisión del programa navideño Telepasión de TVE en el que aparecían enfermeras sin apenas ropa mientras los bailarines ataviados como médicos se mostraban con un uniforme acorde a la realidad de su trabajo en un hospital o centro de salud. O el disfraz de enfermera que vendían en una gran superficie con faldita, dos corazones rojos en el pecho y cofia. Una imagen que se aleja totalmente del uniforme de la enfermería en la actualidad y que es necesario erradicar para siempre.
Otro de los reclamos de las enfermeras es poder conciliar su vida laboral con una familia, ya que la mayoría de las veces trabajan con turnos poco planificados.
Redacción